Santiago - Valparaiso por caminos interiores solito en moto

Este post es una suerte de tutorial y relato de un viaje que hice desde Santiago hacia la costa, por caminos interiores, es decir, no por la famosa ruta 68, sino por caminos de tierra, y cuestas pavimentadas, pasando por pueblitos pintorescos donde venden empanadas y productos de la zona. A lo largo del post les mostraré algunos lugares interesantes como Isla Negra, Punta de Tralca, Tunquen y la ex Ballenera de Quintay.

Hacía bastante tiempo que tenía ganas de hacer un viaje en moto a la costa por caminos alternativos, como tiempo atras lo hice con ChileBike en bicicleta. La idea de ir por caminos de interiores es disfrutar del viaje en sí, de la conduccion mas entretenida por caminos de tierra, cuestas, etc., del paisaje de campo.

Camino a la Costa

• Cuesta Lo Prado
• Los Rulos
• Chorombo
• Bollenar
• Cuesta Ibacache
• Lagunillas
• Camino a San Antonio
• Isla Negra
  

Finalmenete el sábado 20 Junio, me animé para hacer el viaje. Decidí ir solo porque como fue una idea del último minuto no tenía tiempo para organizar un grupo. El día viernes había llovido todo el día, y también durante la noche; el sabado la lluvia declinó hasta extinguirse al mediodía. Asi que tomé la moto con todo el equipo de viaje que incluia herramientas y comida, y tome Americo Vespucio Norte con dirección hacia la Ruta 68. En el camino hice una parada y me encontré con un perro que para mi sorpresa no le tenía fobia a las motos, así que en reconocimiento, le tomé una foto.



Luego de conducir por la ruta 68 durante un rato tomé el desvio a la Cuesta Lo Prado por la ruta G-200. Esta cuesta es muy poco transitada, la subida está pavimentada y la bajada es de tierra.



Subiendo la cuesta me encontré con una llovizna que me hizo arrepentir de haber salido en moto. Conducir moto con lluvia a parte de ser peligroso por las condiciones del camino, también lo es por la poca visibilidad. Así se veía con el visor levantado; al bajarlo solo se veian gotas de agua.




Llegando al final de la cuesta.


Ferlizmente al bajar la cuesta la lluvia cesó. Abajo, la entrada del fundo San Camilo.


Auto-foto.


Luego continué, cruzando la ruta G-68 que retoma el camino a Valparaíso.


Después doblé a la derecha para tomar la ruta G-740 que luego de 5 kilometros llega al pueblo de Los Rulos.



Al final de la ruta seguí mi camino hacia el pueblo de Chorombo tomando el desvío a la izquierda.

El camino estaba recien lavado por la lluvia de la mañana.


En Bollenar tomé el camino que va a Valpariaiso por la Cuesta Ibacache.


Vista de la Cuesta Ibacache. Ya sean pisteros o endureros van a amar esta cuesta. La única recomendación es tener cuidado con los camiones que la transitan.


Un árbol había sido arrancado por los fuertes vientos del temporal de la noche del viernes.


Luego al final de la cuesta Ibacache me desvié hacia el pueblo de Lagunillas.


El camino a Lagunillas es de una tierra amarilla muy compactada, casi tan lisa como el pavimento, con la excepción de algunas posas de barro y hoyos. En verano es muy agradable porque los arboles cubren el camino del inclemente sol; en bicicleta es algo que se agradece.


Iglesia de lagunillas.


Al salir de Lagunillas tomé el camino que va a San Antonio; luego una de las salidas, creo que fue la salida a Punta de Tralca. No me acuerdo del peaje que pagué pero era una suma ridícula de entre 200 y 500 pesos. Abajo, se aprecia el mar a lo lejos; el cielo de la costa estaba despejado, abriendo paso a un agradable Sol de la tarde.


Justo después del peaje camino a San Antonio, se me soltó la piola, o mas bien, la regulación del embriague. Pasé un susto no menor, ya me hacía empujando la moto los 20 km que me faltaban para llegar al litoral.

Centro de Isla Negra, aproximadamente las 4:30 de la tarde, el viaje lo hice muy calmado.


Playa de Isla Negra frente a la casa del poeta Pablo Neruda.


Luego de aburrirme de buscar alojamiento infructuosamente en Isla Negra partí rumbo hacia el norte, hasta Punta de Tralca. Entre que busacaba alojamiento tomé algunas fotos mientras atardecía.




Preguntando por aquí y por allá encontré esta casa que era de la hermana del dueño de un negocio. Como no la habían podido arrendar por el fin de semana, me la arrendaron a mí solo, por 10 mil pesos; y yo que buscaba una pieza nomás. La casa tenía tres pisos e infinidad de habitaciones, con un balcon vista privilegiada hacia la playa.

Una vez pagado el arriendo por la noche, fui a El Quisco a ver un mecánico que me había recomendado un mujer en Isla Negra por el asunto del embriague. Lo único que sabía es que había un hombre que arreglaba motos cerca de un terminal de Pullman Bus. Lo encontré en un sitio donde vendían arena y materiales de construcción, ya de noche revisando una moto de cuatro ruedas. El tipo miro mi moto, reviso las piolas ajusto el embriague, y me dijo :"Pero si esta moto está nueva! Lo que pasa es que estas motos vibran, lo que hace que se suelten las tuercas de las regulaciones". El hombre no me quizo cobrar, asi que mas que contento me fui a la pieza...de la casa de tres pisos.

Compré algunas "nutritivas" golosinas que fueron mi cena. Le hice una mantención básica a la GXT, le lubriqué la cadena y piolas y ajusté el freno trasero y me fuí a dormir porque la tele a penas tomaba señal.



Punta de Tralca Valparaiso - Al otro día

• Punta de Tralca
• El Quisco
• Algarrobo
• Tunquen
• Quintay incluyendo Ex Ballenera
• Placilla
• Viña del Mar
  
• Valparaíso

Como no pude sintonizar nada en la tele, me tuve que acostar temprano...muy temprano, lo que me significo despertar muy temprano tambien. A eso de las 7:30 de la mañana emprendí mi camino hacia Valparaíso. El Quisco y Algarrobo dorminan (excepto los zombies ebrios) así que los pasé nomás.

Al ver estos edificios del resort San Alfonso del Mar, en Avenida Mirasol, Algarrobo, pareciera que uno no está en Chile. Según el libro de los records guinness, cuentan con la piscina más grande del mundo.


Condominio Bahía de Rosas Mirasol. Su aspecto arabesco llama mucho la anteción.


Se imaginarán mi cara de felicidad cuando encontre esta pista de enduro o moto cross "abandonada" a la izquierda del camino. No lo pensé dos veces y me puse a "juegar" igual que cabro chico.


Al final econtré este mini salto, en el que me puse a practicar un rato. Notese que andaba hasta con maleta (GIVI EN30), la que aguanto el maltrato sin problemas. Lo que no aguantó fue mi cantimplora que se quebró dentro de la maleta :S


Dejé la pista de enduro porque tuve miedo de lo que podría llegar a hacer....Hacía un frío increible y una espesa niebla iba y venia. Tuve que levantar el visor del casco porque era imposible mantenerlo cerrado sin que se empañanara. Menos mal que iba con pasa montañas. El camino de la costa es bien agradable con curvas, cuestas y unas bajadas muuuy pronunciadas.






Antes de llegar a Tunquen.


Vista de la Bahía de Quintay, al fondo la Ex Ballenera con su muelle y faro.


Imposible pasar por Quintay y no visitar la Ex Ballenera que lleva su mismo nombre. Solo 500 pesos cuesta la entrada y es auto-guiada. Abren a las 9:00 de la mañana y a la entrada hay un lienzo con un poema de Pablo Neruda; no soy digno de comentarlo...

"La Ballenera de Quintay, vacía
con sus bodegas, sus escombros muertos
la sangre aún sobre las rocas, los
huesos de los monárquicos cetáceos,
hierro roído, viento y mar, el graznido
del albatroz que espera...."

Pablo Neruda

Abajo dos fotos, la primera muestra una ballena en la rampa, la segunda muestra como luce la rampa en la actualidad.

Muelle de la Ballenera.


Mirando el mar...




En uno de los edificios abandonados, había una multitud de jotes, quién sabe de que se alimentaran. Quizá todavía esperan a las ballenas...


A pesar de que estaba prohibido subir al faro, igual lo hice, al menos iba con las protecciones para andar en moto.


Después de dejar la ballenera y recorrer el camino que bordea la costa hasta Placilla, me rendí, y tome la ruta 68 con destino al puerto, pero tomé mal la salida y llegue a Viña del Mar. Abajo una vista del Estero Marga Marga


Luego seguí por la costa hacia Valpariso, mi destino final, donde hice una parada en la Plaza Soto Mayor. Mucha gente no le encuentra gracia al puerto, pero para los que se la encuentran, ésta se debe a su geografía con abundantes cerros y pintorescas casas, ninguna igual a la otra; y a la arquitectura europea del sigo XIX de algunos de sus edificios. No por nada ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Puerto de Valparíso donde llegan barcos cargueros de todas partes del mundo, cruceros, y de la Armada de Chile.


No pude evitarlo, necesitaba evidencia para que me creyeran.


Por alguna razon la gente pinta de colores muy llamativos sus casas, lo que le da un aspecto unico a sus barrios.


Odié los perros como nunca. No era para menos, habían muchos. Si van a recorrer la ciudad en moto, lleven botas de enduro con punta de fierro...por si los muerden digo.


Edificio del Comando de Operaciones Navales de la Armada.


Era como la 1:00 de la tarde ya mi estomago estaba empezando a hablar. Así que fuí al segundo piso del mercado a comerme una paila marina.


Luego retorné a santiago por la Ruta 68. Pensaba volver por algún camino alternativo pero estaba muy cansado y me quedaría sin margen de tiempo para enfrentar algún imprevisto. Le saqué el jugo a la GXT 200, con una velocidad crucero de 110 km/h y un record en la bajada después del tunel lo prado de 130 km/h con el acelerador a fondo y postura de pistero.

Espero que les haya gustado, en una de esas se animan y se dan un paseo como este. Si lo hacen lleven herramientas, telefonos con bateria y plata, "vestidos para caer, y no para taquillar" y ganas de pasarlo y comer bien.