Fuente: RAE
El Santuario de la Naturaleza de el Arrayán es un lugar muy famoso por su belleza natural además de ser un punto de encuentro de amantes del moutainbike, el enduro y el trekking.
Tenía un mal presagio. El día anterior no me las pude ingeniar para poder ordenar todas las herramientas, el agua y la comida en el bolso que llevaría amarrado a la parrilla de la moto. La simple idea de tener que llevar mochila en una ruta potencialmente difícil y agotadora me perturbaba. Me tranquilicé cuando recordé que para todos los paseos y viajes normalmente llevo mas equipaje y peso, así y eché la cámara a la mochila y me fui a dormir.
Me equivoqué al poner el despertador y en lugar de configurar la alarma a las 7 para salir a las 8 y juntarme con el grupo a las 9, la puse a las 8. Salí tan apurado que no recuerdo si me lave la cara (a quien le importa); de lo que si me acuerdo es que engullí mi desayuno comiendome el de pan de molde con mermelada de un par de mascadas con el estilo del estadounidense con el record undial en comer hot-dogs. Revisé que no me faltara nada y salí con destino al cervicentro Terpel donde nos reuniríamos.
A mitad de camino se me ocurrió tomar un "atajo" y cuando me di cuenta que me iba alejando de mi destino por Av. Las condes, veo a un grupo de tres caballeros del zodiaco - mas bien los escucho - sembrando el pánico cuando subían por Las Condes en sentido opuesto al mio. Supe inmediatamente que eran del grupo y tras cometer una infración de tránsito -aprovechando que no había un alma en la calle- viré en "u" pasando el bandejon central por arriba, y me uní a ellos.
A eso de las 9:30 (un poco mas posiblemente) partimos al Santuario en caravana. Al llegar a la entrada pagamos la no despreciable suma de 5000 pesos que se le cobra a las motos (mas bien dicho a sus dueños) y comenzamos a subir por un camino de tierra con algo de piedra.
A escasos metros de haber dejado atrás la portería comenzaron unas subidas en zig-zag increíblemente empinadas, tan empinadas que llevaba la moto en segunda y los neumáticos de trail, duros como ellos mismos, mas las piedras sueltas del camino, hacían que la moto pegara coletazos como poseída...
Y sí, lo pensé, por un momento pensé en dar media vuelta, sin importar que ya había pagado la entrada, para ir a mi casa a dormir como la gente y volver en otra oportunidad con neumáticos de enduro y habiendo descansado como Dios manda.
Pero la montaña me llamó; al ver que el aire se ponía cada vez mas limpio y transparente y la cordillera que timidamente me mostraba algunos de sus cerros, desistí de mi plan looser y continué, no sin antes proferir un par te interjecciones, que no repetiré, a modo de auto arenga.
Era temprano aun, sin embargo, ya se notaba que los meteorólogos le habían apuntado medio a medio al pronóstico, y el sol quemaba fuerte aun tras la armadura. Aproveché que un grupo descansaba, luego de que uno de los pilotos se había levantado de una caída (sin consecuencias graves), para quitarle el forro impermeable a mi chaqueta de cordura y así andar mas fresco y de paso no perder tanto líquido.
Si algunos podían subir, aparentemente con facilidad, de a dos montados en una moto ¿ cómo no podría hacerlo yo también, con una moto para mi solo?
La DR650, una de las no pocas motos grandes que se vieron ese día.
Por quedarme atrás tomando fotos encontré al grupo en casi su totalidad descansando en un mirador con bastante espacio para estacionar todas las motos.
Mientras algunos estiraban las piernas, otros hablaban de mecánica, yo jugaba con la camarita y el nuevo filtro UV Hoya que hacía pocos días me había llegado de Hong Kong.
Regla numero uno: no se dejan las motos en el camino. Así nos dijo un endurero que llego hasta donde estábamos, acompañado de quien parecía ser su hijo, y que no pudo pasar por el camino, ya que nuestras motos lo bloqueaban. El hombre y su vasallo un tanto perturbados, cortaron por el cerro, con un cierto dejo de agresividad y se alejaron levantado tierrita, sin importar que algunos movían sus motos para abrirles el paso. El más chico se mando un saltito de la nada como queriendo decir: paso por donde quiero y además me hago una gracia.
El mirador y parte del camino que habíamos recorrido.
Qingqi 200, Euromot GXT, Motorrad TTX200R, etc. o como le quieran llamar. Ya se que no es ni tan rápida como una Lander, ni tan dura como una XR, ni menos que tira tanto como una TTR, pero es capaz de llegar a cualquier lugar donde una esas otras 3 pueda llegar, y por menos del tercio del precio de cualquiera de las japonesas. Gran máquina.
La KTM 125 de Ricardo que yacía en el suelo como un estudiante universitario después del paseo anual a Cartagena. No era nada mas que la pata de apoyo vencida.
Todavía se veía la ciudad, el camino por donde veníamos y algunas derivaciones usadas por ciclistas al parecer.
Todos al mirador...
Otra de las CRF's que vimos pasar.
Y aquí vamos nosotros.
Dejamos el mirador y continuamos por una de las largas subidas con con bastante piedra suelta que había. Se armo un taco más o menos en la subida, por una XR que no quería partir, que después de unos 20 intentos volvió a rugir.
De vuelta a descansar, luego de una subida bien empinada de unos 30 metros. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero si me hubiesen dicho que el Rally Red Bull Los Andes se corrió en parte de ese camino, lo habría creído sin dudar.
Con el teleobjetivo de la SX20 extendido en su totalidad y sin trípode fotografié la casa de un arriero que estaba muchos metros más abajo. Nada mal pero todavía insuficiente para ser un paparazzi.
También aprovechamos de comer. Yo retomé mi desayuno interrumpido de la mañana y eche mano de unas mini cookies que llevaba.
Un cóndor no paraba de dar vueltas sobre nosotros, quien sabe si era atraído por el olor de nuestra comida o por el de nosotros mismos...
Un lagarto que se estaba cambiando de ropa para estar acorde a las temperaturas de verano, que no le importo que me acercara a tomarle una foto, hasta que se me ocurrió sacarle una en modo macro y ahí condeno mi exceso de confianza escondiéndose en una grieta de la roca en la que tomaba sol.
Las pocas flores que se ven en la altura de las montañas en las temporadas calurosas y secas se caracterizan por tener unos colores muy llamativos que contrastan fuertemente con su entorno.
Ya que el lagarto se había ido tome su ubicación en la roca que este ocupaba.
Suzuki DR 650.
Parte de nuestro grupo junto con otros endureros parecían trabajar laboriosamente en alguna reparación. Con un lente de paparazzi habría podido ver en qué tipo de reparación.
Ya que los celulares no funcionaban al parecer, un emisario fue a ver por qué el grupo de abajo seguía detenido. El emisario volvió y nos conto que reparaban un neumático pinchado. Esperamos un rato más y comenzamos la marcha nuevamente.
Al poco andar tomamos el camino de una minera, hacia la izquierda, al contrario de lo que guiaba el, a veces equivocado, instinto. Por su anchura uno podía respirar con mayor tranquilidad pero debido a la pendiente para la moto no era sinónimo de descanso. Todo cambió ya que al poco andar llegamos a un extenso plano abierto donde las motos pudieron correr por un momento, y nosotros, los pilotos ,tomar un poco de viento fresco.
¿Qué es lo que se ve allá? ¿Será que la civilización nos persigue?
Tras llegar a unas antenas, con sentimientos encontrados, dejamos el camino ancho y retomamos nuestro sendero para motos.
¿Y por allá tenemos que ir? nos preguntábamos, aunque ya conocíamos la respuesta. Sí, por allá teníamos que ir puesto que era el único camino; el camino.
Otra trepada con piedra suelta donde mis neumáticos duales ocuparon la totalidad de 30% off road para el que fueron diseñados.
Alrededor de los 3000 msnm, el aire se notaba extremadamente limpio, lo que permitía apreciar el cielo azulado al que hace mención nuestra canción nacional.
Ya se dejaban ver de cerca los primeros manchones de nieve.
Parecía, a ratos, que las nubes se podían tocar con la mano y por la altura a la que nos encontrabamos las veíamos a agran velocidad sobre nosotros.
Mi tablero de navegación indicaba que nos dirigíamos al Noreste.
Se imaginarían los fabricantes chinos que construyeron esta moto, todos los lugares a donde se las llevaría, mejor dicho todos los lugares donde su moto sería capaz de llegar. Mas de 3000 metros y ningún signo de apunamiento del motor.
Había que tratar de mantenerse en la huella que no tenia piedra suelta, dentro del camino.
Obstaculo mayor: una lengua de nieve que cubría el camino a unos escasos 4 km de nuestro destino. Lo bueno es que con un poco de ayuda se podía sortear y seguir.
La nieve es peor que el barro en cuanto resbaladiza. El grupo de asitencia en ruta en acción.
Burros, vacas y caballos aprovechando de los pastos del verano.
La "lección número uno" la apredimos muy bien, ahora todos dejabamos nuestras motos en fila a una orilla del camino.
Mejor que estacionarla con la pata de apoyo.
De uno en uno fuimos pasando y esperando al los que faltaban del otro lado de la lengua de nieve.
Ultimo checkpoint antes de llegar a la meta.
Otra más para el perfil de facebook, la misma postura de siempre, lo unico que cambia es el fondo...jajajaja...como el hombre que recorre el mundo, y se graba haciendo el mismo baile de siempre y depués sube el video a Youtube.
Debe se impresionante ver la forma en que instalan esas antenas en la cima de los cerros. No se me ocurre otro medio de tansporte mas apto que el helicoptero para llevarlas hasta allí.
Otra lengua de nieve cubría el camino.
Esta vez solo pasamos a pie ya que el barranco era bien profundo y el borde casi vertical. Si los endureros de las CRF's habian llegado hasta aqui nomás, no era necesario pregutar si se podía pasar al otro lado.
Adelante se veía más nieve cubriendo el camino. Tan cerca de nuestro destino: las lagunas del Santuario de la Naturaleza, pero asi es en estos lugares, la naturaleza decide cuando se puede, y cuando no se pueden ver los objetos preciosos que guarda.
El paisaje que alcazamos a ver pagó con creces el esfuerzo que nos tomó llegar.
A lo lejos se ve un pequeño valle bastante verde ¿Será posible llegar?
La pureza del aire permite apreciar los colores de las montañas en todo su esplendor.
¿Y ese humo, habrán fundido un motor?
Nada de motor fundido, era humo de unas plantas, que estaban quemando los endureros, para asar una carne. Que envidia! No hay punto de comparacion con las barras de ceral y galletas que llevaba. Número de uno de la lista para la próxima salida, 500 grs de carne...
Comenzamos a devolvernos, yo partí primero adelantándome un poco para grabar al grueso del grupo cuando bajara.
Busqué un lugar plano (nada facil) y con suelo relativamente firme para estacionar mi moto, y esperé al grupo, ubicado sobre una roca a un costado del camino para no interrumpir su paso.
A los pocos minutos divisé al grupo a la distancia y presiono el boton "rec".
Como habiamos pasado bastante lejos cuado ibamos subiendo, esta vez decidí acercarme un poco para ver si podía averiguar el propósito de estas antenas. Paneles solares, contenedores, rejas, antenas, pero ninguna pista del uso de estas instalaciones.
¿Riesgo de qué?
Honda NX4 Falcon.
A lo lejos el rebaño de motociclistas esperando a los rezagados.
Oh...estoy siendo fotografiado justo en ese instante.
Luce como una pintura rupestre de un pueblo primitivo. Dicen que las hacían para proyectar lo que verian cuando iban de caza, como una ceremonia para desearse buena suerte y asegurar buenos resultados.
A simple vista parace un deporte de ricos, fome como el golf (debe ser entretenido si se sabe jugar), pero creo que conducir estos elegantes planeadores debe generar una buena dosis de adrenalina. El piloto no tiene derecho a decir: me cansé, voy a descansar aqui, y mañana continuo. Debe ser lo mas parecido a sentirse como un cóndor ocupando las corrientes de aire para planear sin necesidad de batir las alas.
Justo al lado de las antenas retomamos el camino de la minera con dirección a Colina para facilitar el retorno y evitando así pronuciadas bajadas con piedras sueltas que durante la ida fuerón complicadas.
Mas que agradable, el camino de la minera, a pesar de ser muy ancho para permitir el paso de grandes camiones, era bastante estresante debido a la pronunciada pedienete y a la cantidad de curvas una de tras de la otra, la siguiente mas cerrada que la anterior...uffff...hasta que se acabó la bajada.
Mezcla de escusa para descansar y tomar un par de fotos, nos detuvimos un rato en el puente donde se nos unieron otros integrantes del grupo que venian mas atrás.
Miraba los cerros secos y mas sed me daba. Ojalá que aparezca un puesto de mote con huesillos despues de la siguiente curva...hasta 2 lukas pago por un mote, pensaba.
Pancito amasado, al menos deben tener agua para poder hacer el pan, pensé al ver el letrero. Nos detuvimos aquí para estirar las piernas, comer y comprar algo de beber. No había mote con huesillos, pero con una bebida en lata era suficiente para sobrevivir, y los 500 pesos que me costó fue mucho menos de lo que estaba dispuesto a desembolsar por el mote.
Cual corredores internacionales, nos recibian con banderas y todo.
Otra gran maquina que nunca decepsiona.
Pensabamos que eramos los utimos pero en realidad eramos los primeros, como dice el dicho: "los ultimos serán los primeros". La parte que faltaba del grupo se habia desviado para pasar por un tunel y nosotros nos adelantamos sin saber.
Gran gran paseo, la alegría por los nuevos lugares conocidos y la satisfacción por el retorno sin novedad se veían en las caras por sobre el cansancio.
Hasta la próxima!